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La energía eólica aprovecha el viento en su forma más
natural para generar
energía eléctrica.
Para generar energía eólica, se instalan turbinas de viento
o turbinas eólicas, las aspas de las turbinas se mueven con la fuerza del
viento, con el movimiento se mueven engranes y se genera energía mecánica, que
posteriormente se convierte en energía eléctrica.
Las turbinas pueden ser de distintos tamaños, dependiendo
del espacio con que se cuente y la cantidad de energía que se desee obtener.
Algunas buenas razones del porque la energía eólica es una
buena opción son:
1.- Las turbinas eólicas no perjudican a los ecosistemas y
no contamina, en comparación con los combustibles fósiles que son muy
contaminantes y las energías hidroeléctricas que requieren de grandes
instalaciones que terminan afectando al medio ambiente.
2.- La energía eólica no genera residuos contamines, ni
emisiones de gases, ni destrucción del suelo, ni requiere de recursos vitales como el agua. Para
la generación de esta energía solo se necesitan instalar turbinas que no
afectan el suelo donde están.
Si bien tiene un impacto ambiental, como cualquier actividad
humana, sobre todo en lo que respecta a los daños que puede causar un parque
eólico a las especies animales aéreas, éste es menor que los efectos negativos
de hidroeléctricas, biocombustibles y centrales nucleares.
Los responsables de los parques eólicos deben contar con
planes de protección a las especies amenazadas, que incluyen programas de
vigilancia y recuperación. La energía eólica para autoconsumo no llega a
producir este impacto y la inversión es rápidamente recuperada por los
usuarios.